lunes, 19 de abril de 2010

Escaladores gallegos buscarán nuevas pistas sobre el imperio inca

ARTIGO PUBLICADO EL PROGRESO SOBRE OS NOSOS AVENTUREIROS:
Tres alpinistas de Negreira y otro de A Coruña partirán a comienzos de junio hacia Perú con el objetivo de completar el estudio arqueológico iniciado hace dos años en un territorio deshabitado a 80 kilómetros al oeste del Machu Pichu, en busca de nuevas pistas sobre Vilcabamba, la capital perdida del último imperio inca. En 2008, una expedición dirigida por el lucense Santiago del Valle logró encontrar en este territorio dos altares orientados hacia la montaña, un hecho que verifica la importancia del lugar y que los llevó a considerar que habían dado con la localización de la ciudad, buscada durante más de un siglo por investigadores de todo el mundo. En aquel entonces, los intrépidos aventureros excavaron algunos de los recintos identificados hasta el momento en la zona conocida como Lugargrande y exploraron el área en busca del palacio inca, llegando a identificar el núcleo principal de la capital perdida.
En el marco de aquella experiencia, los escaladores aprovecharon para ascender a la cumbre del Nevado Choquezafra, a unos 5.164 metros de altitud, considerada la montaña sagrada para los incas. Fue para ellos todo un acontecimiento deportivo, según comenta uno de los alpinistas, Rubén Suárez Carballo. Para este vecino de la localidad coruñesa de Negreira, bombero de profesión y un apasionado del alpinismo, no hay palabras que definan lo que se siente al llegar a la cima y ver a sus pies el Amazonas.(Pulsar en + para seguir lendo)

En esta nueva marcha proseguirán con la exploración del terreno, con el objetivo de localizar nuevas pistas y con una novedad, llevar a Vilcabamba ayuda humanitaria a través de la labor de una médico del Hospital Xeral Cíes de Vigo. La profesional sanitaria prestará asistencia primaria a los lugareños, dada la escasa atención que reciben en esta aislada área, caracterizada por su compleja orografía colmada de desniveles. Además, Rubén Suárez Carballo, Pablo Fadeville, José Ramón Laiño y Jorge Feal aprovecharán la expedición de este año para ascender a lo más alto del Nevado Azulcocha, a 5.428 metros de altura. ''Deportivamente nos apetece hacer la escalada. El terreno no tiene importancia arqueológica, pero si deportiva'', explica el primero de los alpinistas.

Zona castigada
Con todo, la diversión no es el único motivo para este ascenso, porque los escaladores pretenden ''colaborar con el desarrollo turístico'' de una zona ''con muy pocos recursos''. El hecho de que los viajeros alquilen caballos o burros para complementar la ruta supone para sus habitantes ''unos ingresos extraordinarios'' cada año. Además, se trata de un territorio ''muy castigado'' por la huella de Sendero Luminoso, una organización terrorista peruana caracterizada por la brutalidad y violencia de sus actuaciones contra los campesinos, los dirigentes sindicales, las autoridades y la población civil en general. Conocido oficialmente con el nombre de Partido Comunista de Perú–Sendero Luminoso, este grupo sembró en la zona una auténtica política de terror. Esta situación fue la que más impresionó a Rubén Suárez en su primera expedición a Perú. Según explica el alpinista, ''o ibas con ellos o te aniquilaban'' y, si la gente se negaba, ''mataban a su familia''. ''Es muy impactante llegar a una aldea y ver como marchan a esconderse al vernos, diez años después del momento más duro de su actuación en este lugar'', ilustra.

El nicrariense percibió además un contraste ''muy grande'', al partir de un país lleno de comodidades y sumergirse en una montaña caracterizada ''por la precariedad''. El bombero comenta que su población vive actualmente en una realidad similar a la que existía en España durante la época de la posguerra.

El periplo comenzará el 5 de junio y durará unos 25 días, según las previsiones iniciales. En ese periodo recorrerán un total de 10 kilómetros en línea recta, pese a que el trayecto se antoja ''muy duro'', dados los desniveles que tendrán que superar y la inclusión del nevado en plena selva. En el viaje llevado a cabo en 2008 emplearon ocho horas para completar los 180 kilómetros que distan de la población de Cuzco al último lugar al que se puede llegar con un vehículo a motor. ''Desde alí nos llevó cinco días llegar a la montaña'', recuerda Rubén.

Una necesidad vital
Cada nueva experiencia que el alpinista consigue superar supone la aparición de otras metas en su trayectoria como escalador. A sus 40 años el nicrariense no piensa en dejar a un lado su arriesgada aficción y está seguro de continuar. ''Ahora mismo me siento preparado para seguir, en el futuro Dios dirá'', añade. Pese a sus incansables ganas de alcanzar lejanas cumbres, no es de esas personas que ''necesita estar todos los días en la montaña''. ''De vez en cuando siento esta necesidad y acudo a ella'', sostiene Suárez. La inquietud por ''conocer al resto de la gente que se mueve por el mundo'', al vivir en una pequeña población como Negreira, despertó desde pequeño su pasión por esta actividad.

Según el bombero, ''la gente busca actividades alternativas, prueba y se queda enganchada'', por lo que este municipio coruñés cuenta ya con un nutrido grupo de escaladores. Las rutas que realizan requieren de una elevada preparación física, superior a la de cualquier persona deportista. Para Rubén, lo más complicado es la aclimatación a la altitud, ya que parten de Negreira --a 167 metros sobre el nivel del mar-- y superan los cinco mil en menos de una semana. Esto causa a los alpinistas fuertes dolores de cabeza .


Además, Rubén Suárez reconoce que pecan de beber e hidratarse poco durante una actividad que supone un importante desgaste físico. Con todo, él cuenta con la experiencia previa de escaladas a los Alpes o a Picos de Europa. Al primer destino tiene pensado regresar proximamente y, en dos años, prevé volver por tercera vez a Perú, a expensas de lo que consigan en la expedición que iniciarán en menos de dos meses.

El nicrariense afronta cada proyecto con ganas e ilusión. ''Nunca sabemos como va a salir la escalada, pero siempre pienso en el éxito y no en las adversidades que puedan surgir'', comenta Rubén. La sensación que lo invade al pisar la cima es similar a la que siente ''un futbolista cuando mete un golazo''.

Viaje con premio
La expedición ‘Tras los pasos de Vilcabamba la Grande’, liderada por Santiago del Valle, recibió en 2008 el premio al mejor viaje otorgado por la Sociedad Geográfica Española. A través de sus investigaciones consiguió precisar la ubicación de la gran capital perdida del inca Túpac Amaru y abrir camino a la recostrucción de su estructura original. El estudio se ha desarrollado a través de 11 expediciones desde 1997, en las que la inaccesibilidad al lugar ''hacen de ella un triunfo de la voluntad personal y del deseo de investigación'', según la SGE.

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